163 días quedan para la celebración más importante y esperada de nuestro pueblo. Podría haber elegido otra fecha para escribir esta entrada y lo dicho hubiera sido exactamente lo mismo ya que para un buen puñado de laredan@s,  la cuenta atrás comenzó al día siguiente de festejarse la Batalla de Flores.  A día de hoy, y con 163 días por delante, los grupos carrocistas ya vienen de recorrer un pesado camino.

Nada más acabar la Batalla, los grupos deben en muy pocos días apresurarse  en desmontar la carroza y  guardar y trasladar todo el material aprovechable.  Casi sin darnos cuenta llega el otoño, momento en el que hay que acudir de nuevo a las huertas donde están plantadas las dalias a realizar una labor ingrata, laboriosa y desconocida para la mayoría de la gente pero que a la vez es fundamental en el proceso de creación de esta fiesta.  Se trata de sacar de la tierra los bulbos de las dalias y almacenarlos para que vuelvan a ser plantados de  nuevo en mayo. Esta tarea, tan alejada aún de la fecha de la Batalla y con un clima que en ocasiones no invita a estar al aire libre, puede prolongarse durante semanas. El diseño, el acopio de materiales, el acondicionamiento de los locales y demás preparativos para la puesta en marcha de la carroza  ocupan el resto  del tiempo  durante los meses de invierno.

¿Qué es lo que queda a partir de ahora? 163 días de entrega a una celebración centenaria, compañerismo, unión, ilusión, y como no, también rivalidad. Si ya conoces esta fiesta o participas en ella no hará falta decirte mucho más, pero si no la conoces  te invitamos a que la recorras paso a paso con nosotros a través de esta web, aunque mejor sería que la descubrieras desde dentro participando  con algún grupo carrocista. No te puedo garantizar que vayas a ir a la playa o puedas disfrutar de la compañía de tu familia y amigos tal y como acostumbras a hacerlo en verano, pero sí te aseguro que vivirías esta fiesta  de la manera más auténtica  posible y que  la Batalla de Flores se convertiría para ti, al igual que nos pasó a todos en su día, en algo más que un último viernes de agosto.