En Laredo, como norma general,la figura del carrocista siempre ha estado representada por un hombre. Por eso y por ser hoy el día de la mujer, quiero acordarme de esas mujeres que un buen día decidieron dar un paso adelante dentro de este mundo de las carrozas y tomar las riendas de un grupo. Pero este pequeño homenaje no va dirigido sólo a las que figuraron como carrocistas, sino a todas aquellas que con su labor se han convertido en piezas imprescindibles para la existencia de nuestra fiesta.
Merche Fernández y Marisa Plaza fueron en el año 94 un ejemplo de lo anteriormente dicho. Después de participar los dos años anteriores con el Grupo Cehico, Merche y Marisa decidieron continuar en solitario su andadura por la Batalla de Flores. Esto significó que 60 años después, unos nombres femeninos figuraran en los programas de la fiesta como representantes de un grupo carrocista.Y lo hicieron a lo grande y con una filosofía muy original de la que nadie ha tomado el testigo. Si os digo que sus carrozas se titularon «La fuente de la Cordera»,» El vuelo de Pombo», «El Coloso de Rodas» y «Laredo en mi espejo», a buen seguro que podréis imaginar cual fue la seña de identidad de todas sus carrozas. No puede ser otra que el pueblo que las vio nacer, Laredo.

Su última carroza la realizaron en el año 97 y con ella abandonaron la primera línea de la Batalla, no sin antes sembrar la semilla con la que al año siguiente apareció otro grupo. Belén Somarriba, tras colaborar con Merche y Marisa, decidió junto con su marido, al que se sumo más tarde Cevi, seguir desarrollando su pasión por la fiesta en […]